Nueva York también tiene para poder desconectar y llenarte de energía en plena naturaleza.
Hay varios lugares que para mi son mágicos en Central Park.
Paloma Martinez
Central Park – by Caminando por Nueva York

The Ravine es una zona que está ubicada al noroeste de Central Park y es como adentrarte en un bosque con su cascada incluida. Sentarse y pasear por esa zona es un placer. El sonido de las ramas, el agua corriendo por el riachuelo hacen que desconectes totalmente y te haga pensar que estás en plena naturaleza.
Sheep Meadow y North Meadow, perfectos para un picnic y tomar el sol.
Ladies’ Pavilion y la gran roca que está cerca llamada Hernshead. Aquí podréis encontrar a una mujer que da de comer a las aves, parece que la conocieran de siempre, cada una guarda su turno para su trozo de pan duro.
Ladies Pavillon es un lugar bello y romántico, donde sentarse en sus banquitos bajo el techo y disfrutar de las vistas. Disfrutar de las lluvias de verano desde aquí mientras te tomas un coffee late es una de las cosas que me gustan hacer.
The statues of The Mall, perfecto para hacer una siesta bajo las ramas de los árboles en verano.
Rustic Shelter es parada de mis rutas por Central Park, donde me siento en sus bancos mientras disfruto del sonido de la naturaleza.
Shakespeare Garden es un bello jardin con asientos hechos de grandes troncos para sentarse y descansar. Me gusta venir aquí para escribir o dibujar.
Central Park es enorme y es hermoso. Un consejo, dejaros perder para encontrar vuestros rincones especiales. Esos lugares donde conectas con el lugar y desconectas de todo en pleno Manhattan.
Central Park – by Caminando por Nueva York
Central Park – by Caminando por Nueva York
Aquí yo, otro enamorado de Central Park.
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Es una pasión! Nos encanta a todos! Saludos Profe
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Cómo nos gusta a todos lo bueno, lo muy bueno e incluso lo excelente, ¿verdad? Ese “profe” me recuerda que tengo que escribir una entrada sobre un antiguo alumno mío que hoy trabaja en la Bayer de Leverkusen, sección “Explosivos”. Después de tantos años, me reconoció en una calle de Oviedo. Yo a él, en un principio, no lo reconocí. “Soy el de la pólvora, profe”, me aclaró, y entonces sí me acordé de él, como para no acordarme.
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Genial historia! Debes escribirla!
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Pronto aparecerá en el blog mi antiguo alumno con nombre y apellidos y su verdadera labor en la Bayer, investigador en ingeniería genética de alimentos (lo de trabajar con “explosivos” quedaría más gracioso, pero sería falso, una invención, y un encuentro que justificó mi vida entera merece la verdad).
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Somos dos, amo este parque neoyorquino.
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😀 Muchas gracias! Un saludo 😀
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